El Aleph, El jardín de los senderos que se bifurcan (Jorge Luis Borges) y twitteros, blogueros, faacebookceros (Rigoberto Lanz)
En su artículo Rigoberto Lanz comienza mencionando que el “sujeto” de la modernidad que está muerto y enterrado, renace ahora en el mundo posmoderno bajo el manto de la virtualización de los criterios de la realidad, este punto me hace reflexionar que no se puede dar por terminado algo, que ese algo que pensamos es el fin puede ser el comienzo de algo nuevo, Borges en su texto del jardín lo manifiesta de manera precisa: “el tiempo se bifurca perpetuamente hacia innumerables futuros”, en al Aleph hace uso de la figura del cambio de un aviso de cigarrillos para hacernos ver que todo cambia, que el universo cambia de manera infinita. A nivel social no podemos estancarnos, debemos estar abiertos al cambio, en mi infancia veía dibujos animados donde se comunicaban de manera directa a través de video llamadas y eso era para mí algo increíble, hoy unas décadas después tengo Skype y puedo ver a mis amigos de España en tiempo real mientras conversamos. Para Rigoberto estamos en presencia de un cambio epocal (2010) con sus propias condiciones culturales, yo me atrevo a decir basándome en todo lo anterior que estamos en un perpetuo cambio, desde siempre.
Otra pregunta que se asoma es ¿qué es la realidad? ¿Podemos hablar de ella? Borges en el Jardín pone de manifiesto un análisis sobre situaciones que no pasaron, pero que en otra dimensión si están pasando, para unos la realidad es una y para otros es otra. “Alguna vez, los senderos de ese laberinto convergen”. Para Rigoberto esto va más allá, pues señala que los sujetos con “la apropiación masiva de ciertas tecnologías va creando nuevas realidades”, la realidad deja de ser tal y la creamos según los lentes que nos pongamos (según la app que usemos) para describirla. En otra parte de su artículo Lanz dice: “es la realidad misma la que se construye comunicacionalmente”. No en balde a los medios de comunicación los llamaron en su momento el 4to poder, pues son capaces de influir de tal manera en la sociedad pudiendo desvirtuar la realidad para bien o para mal. Lo trágico de esto, es que los seres humanos nos adaptamos a dichas realidades inducidas o no rápidamente y peor aún nos olvidamos o nos hacen olvidar nuestro pasado reciente, Borges magistralmente lo escribe en el Aleph: “Nuestra mente es porosa para el olvido”, perdemos o falseamos lo que alguna vez fue real, aunque en el mismo cuento casi al comienzo afirma: “cambiará el universo pero yo no” muy iluso el escritor.
¿Será el internet y la tecnología ese Aleph del que nos habla Borges en su relato? En clase alguien menciono que Google es el Aleph “el punto que contiene todos los puntos del universo” o como lo señala en el Jardín donde nos hace ver que se crean varios mundos paralelos a través de uno sólo. Alguna vez escuche que internet pone el mundo a nuestro alcance, pero ¿cuál mundo el real? ¿O el que quiere que veamos?
Todo esto me lleva a concluir que nosotros, los docentes, tenemos un gran reto, no voy a decir por delante, pues creo que hace mucho tiempo debimos asumir, y es el brindar a nuestros educandos más que conocimientos, herramientas para poder comprender su propia realidad, que la impronta comunicacional no los avasalle. Lanz en su artículo señala: “La innovación tecnológica –sobremanera por los lados de la nanotecnología y la inteligencia artificial- crea una brecha inquietante entre la gente que se hará más dramática en el tiempo que viene”. Nosotros como educadores tenemos en nuestras manos revertir esto, y que lo que Lanz señala será dramático, no sea tal y podamos construir puentes sobre esa brecha o mejor aún rellenarla para que no exista.
Carlos Miranda
CI. 6719865
Referencias:
Borges, J. (1941). El jardín de caminos que se bifurcan. Ed. Sur. Buenos Aires
Borges, J. (1949). El Aleph. Ed. Losada. Buenos Aires.
Lanz, R. (2010, Octubre 3) Twitteros, blogueros, facebookceros. El Nacional, Caracas, p.12